Las picaduras estivales de los mosquitos

Los humanos muy a menudo creemos, debido a nuestro antropocentrismo, que todos los males del mundo están aquí para "hacernos la puñeta" expresamente a nosotros, como si no fuéramos una parte más de las miles de interacciones tróficas que se producen en cualquier ecosistema terrestre, aunque actualmente nos encontremos en la cima de cualquier pirámide ecológica. Y es que a veces se nos olvida que cualquier "molestia natural" también afecta a otros seres vivos.

Si hay precisamente un tipo de "molestia natural" que caracterice el verano en el área mediterránea son los mosquitos. Estos invertebrados dípteros (de dos alas) son capaces de amargarnos las vacaciones estivales con sus picaduras, sobre todo por la noche. Concretamente lo hacen las hembras de los mosquitos, que son hematófagas porque necesitan consumir sangre de animales vertebrados para así obtener las proteínas necesarias para el desarrollo de la puesta de huevos. Pero nosotros no somos sus únicas víctimas, de hecho los mosquitos existen desde mucho antes de que la Humanidad apareciera sobre este planeta y seguramente continuarán cuando nosotros ya no estemos deambulando por el mundo.

Quienes nos dedicamos a la fotografía de herpetofauna, de vez en cuando, podemos capturar gráficamente alguna de esas interacciones tróficas coprotagonizadas por mosquitos y no ser necesariamente nosotros los otros coprotagonistas, con el papel de víctima, a pesar de la especial fijación que tenemos por visitar puntos de agua durante la noche, con el consiguiente atractivo que representamos para toda hembra hematófaga que haya por los alrededores. Es el caso que acompaña estas líneas, protagonizado por una hembra de mosquito (familia Culicidae, posiblemente de la especie Anopheles atroparvus) y una rana común Pelophylax perezi.

La rana común se encontraba inmóvil encima de la vegetación fluvial de un río de aguas temporales en la comarca catalana del Tarragonès, sin aparentemente notar la picadura que la hembra de mosquito le estaba efectuando en su espalda, absorbiéndole la sangre. Las malas condiciones de luz y la precariedad entre mantener el equilibrio y no asustar a la rana no permitieron realizar ninguna maravilla de foto, pero sí conseguir documentar gráficamente la escena. 

Hembra de mosquito picando a una rana común, Pelophylax perezi (Tarragonès, Cataluña).

Detalle de la hembra de mosquito picando a un rana comú, Pelophylax perezi (Tarragonès, Cataluña).

Sea debido al primer flash, al darse cuenta de mi presencia, o sea por cualquier otro motivo, la rana común decidió que ya había mantenido por suficiente tiempo la inmovilidad voluntaria y se adentró en el agua entre las algas, dejando a la hembra de mosquito flotante sobre la superficie pero ya llena del líquido vital extraído al anuro. La segunda y última foto es el último testigo de este hallazgo casual.

Momento de la huida de la rana común entre las algas acuáticas.

Detalle de la hembra de mosquito flotando sobre la superficie del agua.

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