La primera ocupación humana de Europa Occidental supo adaptarse a los cambios climáticos y ambientales de hace 1,4 millones de años, según la herpetofauna de los yacimientos de Orce (Granada)

Así se recoge en un artículo publicado en la prestigiosa revista Quaternary Science Reviews. El estudio está liderado por el compañero Christian Sánchez-Bandera, investigador del IPHES y de la URV, y se ha basado en el estudio de los anfibios y reptiles encontrados en las últimas campañas de excavación en la Zona Arqueológica de Orce.

Una hembra adulta de culebra de escalera, Zamenis scalaris, paseándose por el yacimiento arqueo-paleontológico de Fuente Nueva 3, Orce.

Los cambios climáticos se han ido sucediendo a lo largo del tiempo. Uno de ellos tuvo lugar hace aproximadamente 1,4 millones de años, cuando a partir de un ambiente más cálido y húmedo se dio paso a una situació más fría y árida. Esta evolución se ha registrado muy bien en los yacimientos arqueo-paleontológicos de Barranco León y Fuente Nueva 3, en la Zona Arqueológica de Orce (Granada), y ahora se ha podido reconstruir gracias al estudio de miles de restos fósiles de anfibios y reptiles, ya que la presencia o no de estos animales da muchas pistas sobre el clima y el paisajes existentes en cada época.

Un equipo interdisciplinario, liderado por la Universidad de Granada (UGR) y el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona, hemos conseguido reconstruir la evolución del hábitat y del clima en los que desarrollaron sus vidas los primeros grupos humano que habitaron Orce hace aproximadamente 1,4 millones de años, los más antiguos del Occident europeo. Así se constata en un artículo que acabamos de publicar en la prestigiosa revista Quaternary Science Reviews, firmado en primer lugar por Christian Sánchez-Bandera, investigador del IPHES y de la Universitat Rovira i Virgili (URV). A su vez, el estudio que ahora damos a conocer se emmarca en el Projecte ORCE, financiado por la Junta de Andalucía, y coordinado por el profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR, Juan Manuel Jiménez-Arenas.

Campaña de excavación de Fuente Nueva 3, 2020 (Créditos: UGR).

La investigación se ha basado en el análisis de restos óseos de anfibios y reptiles recuperado en la Zona Arqueológica de Orce, básicamente anfibios anuros (Discoglossus sp., Pelobates cultripes, Epidalea calamita, Bufotes viridis s.l., Hyla sp., y Pelophylax cf. perezi) y reptiles escamosos (Ophisaurus sp., Malpolon monspessulanus, Natrix maura, Natrix natrix s.l., cf. Coronella sp. y Zamenis scalaris), muy útiles todo ellos para poder reconstruir el paisaje y el clima. Además, las nuevas precisiones estratigráficas de los yacimientos, aportadas por Oriol Oms, geólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), han facilitado también el avance de la investigación, ya que se han obtenido más detalles de los diferentes niveles que los configuran.

Con todo esto, los resultados obtenidos indican que las primeras poblaciones europeas humanas tuvieron que hacer frente a unas condiciones ambientales diferentes en los dos yacimientos estudiados: Barranco León i Fuente Nueva 3, los cuales han proporcionado las evidencias más antiguas de presencia humana en Europa occidental. De esta manera, se ha sabido que en Barranco León se registró, hace 1,4 millones de años, un ambiente cálido que fue variando hacia condiciones cada vez más frías y áridas. Será en Fuente Nueva 3 donde se alcanzarán los máximos niveles de aridez y frío, hace 1,3 millones de años, para posteriormente oscilar hacia condiciones más favorables, húmedas y cálidas. Esto indica que las poblaciones humanas más antiguas del continente europeo fueron capaces de adaptarse a las nuevas condiciones ambientales que se dieron a lo largo del Pleistoceno inferior, y de sobrevivir a climas y paisajes cambiantes.


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