Reconstruyendo el clima y el paisaje de los neandertales de Buena Pinta, en el corazón de las montañas del Sistema Central ibérico, a través de sus anfibios y reptiles


Como bien conocerán los lectores de este blog, la Paleoherpetología, es decir, el estudio de los anfibios y reptiles prehistóricos nos permiten, entre otras muchas cosas, reconstruir el clima y el paisaje del pasado. Esto nos es especialmente útil para aquellos periodos para los que no disponemos otros elementos para su estudio o con registros algo problemáticos, a veces incluso contradictorios entre ellos. Así, la herpetofauna nos sirve para esclarecer el escenario paleoecológico, atendiendo a uno de sus puntos fuertes: son animales ectotermos, de “sangre fría”, por lo que son altamente susceptibles a cualquier cambio en el clima y en los hábitats. Uno de los momentos de mayor interés para la investigación paleoantropológica y arqueológica en la Península Ibérica es el estudio de las poblaciones de neandertales, Homo neanderthalensis, del Pleistoceno superior o tardío, para conocer su estado antes de la llegada de los humanos anatómicamente modernos durante el Estadio Isotópico Marino 3 (MIS3 en sus siglas en inglés), datado entre 60.000 a 27.000 años antes del presente. La cueva de Buena Pinta forma parte del Parque Arqueológico del Calvero de la Higuera, en el municipio de Pinilla del Valle (Comunidad de Madrid), en la que se ha identificado una ocupación por grupos de neandertales durante el Pleistoceno tardío y, junto a sus restos, centenares de fósiles de otros animales con los que convivieron. Es aquí donde he podido participar en una investigación para estudiar losanfibios y reptiles de Buena Pinta y, a través de ellos, esclarecer cómo era elpaisaje que aquellos neandertales habitaron y a qué clima se enfrentaron.

La secuencia del Pleistoceno Tardío del yacimiento arqueológico de la Cueva de Buena Pinta (Pinilla del Valle, Madrid) ha proporcionado los siguientes vertebrados ectotermos: Salmo trutta, Alytes gr. A. obstetricans-almogavarii, Pelobates cultripes, Bufo spinosus, Epidalea calamita, Pelophylax perezi, Rana iberica, Testudines indet., Timon lepidus, Lacertidae indet. (de talla mediana y grande), Anguis fragilis, Natrix maura, Coronella cf. C. austriaca, Colubridae/Psammophiidae indet. y Vipera cf. V. latastei. Todos estos taxones están presentes en la actualidad en el centro de la Península Ibérica, con representación en el Valle del Lozoya o en sus áreas circundantes más próximas. Los anfibios y reptiles sugieren un clima entre bastante similar a mucho más cálido (de +1,0 a +3,5 °C) que el actual, con mayor diferencia sobre los valores modernos durante el mes más frío que durante el más cálido. Las precipitaciones anuales eran más abundantes (de +9 a +397 mm) que en la actualidad. Los paisajes reconstruidos sugieren el predominio de ambientes húmedos a lo largo de toda la secuencia, compuestos principalmente por hábitats húmedos abiertos (comprendidos principalmente entre el 35,2 y el 45,5 %) y ambientes boscosos que incluyen desde matorrales medios hasta formaciones forestales (27,3-40,0 %). Las zonas acuáticas y periacuáticas (9,5-20,5 %), como ríos o lagunas con vegetación de ribera, también están bastante bien representadas, de acuerdo con uno de los pocos registros fósiles de una rana acuática (P. perezi) en las localidades de Pinilla del Valle, y la muy hipotética aparición de un galápago en la Capa 2. Además, la presencia de trucha común (Salmo trutta) también apoya la presencia de un río maduro caracterizado por aguas frías/templadas y corrientes. Todos estos datos sugieren que toda la secuencia del Pleistoceno Tardío de la Cueva Buena Pinta puede haber ocurrido durante un período entre templado a cálido y húmedo, más probablemente durante el comienzo del Estadio Isotópico Marino 3 que durante el final del Estadio Isotópico Marino 4, como se había sugerido anteriormente.

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