Un polizón llegado desde Egipto: detectada la presencia de eslizones ocelados en la Península Ibérica

Posiblemente llegaron a la Serra del Molar como polizones en barcos provenientes del litoral de Egipto, según los resultados de los análisis filogenéticos.

El hallazgo se recoge en un artículo en la revista internacional Amphibia-Reptilia y es una investigación conjunta de la Asociación Herpetológica Timon (AHT), IPHES, URV, IBE-CSIC-UPF, ULE, ICBiBE-UV i MNCN-CSIC.


Adulto de eslizón ocelado, Chalcides ocellatus, de la Serra del Molar (Créditos de la fotografia: Rubén Sánchez Mayo).

El eslizón ocelado (Chalcides ocellatus) es una especie de reptil con una distribución que abarca gran parte de la cuenca mediterránea, incluyendo todo el Norte de África, Oriente Próximo, Anatolia, Chipre, Península Ática, Creta, islas del Egeo, Sicilia y Cerdeña, y más allá hasta Pakistán, Yemen y Somalia, pero que no había sido detectada nunca antes en la Península Ibérica. El descubrimiento se ha dado a conocer en un artículo científico publicado en la revista internacional Amphibia-Reptilia y cuyo el autor principal es el valenciano Josep Francesc Bisbal-Chinesta, investigador doctorando en el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) y la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Todo comenzó en abril de 2017 durante una prospección herpetológica (es decir, de reptiles y anfibios) llevada a cabo por la Asociación Herpetológica Timon. El grupo naturalista descubrió una población viva de Chalcides ocellatus en la Serra del Molar, en el extremo sur de la Comunitat Valenciana y de la provincia de Alicante, entre las desembocaduras de los ríos Segura y Vinalopó. Se trata de la primera evidencia de la presencia de esta especie en ámbito ibérico. Este reptil, parecido a una lagartija pero con las patitas cortas, se parece al autóctono eslizón ibérico (Chalcides bedriagai), pero cuando son adultos son más grandes y largos, llegando a superar fácilmente los 20 centímetros.

Con este descubrimiento, sumado a la existencia a menos de dos kilómetros de distancia de la antigua colonia fenicia de La Fonteta de Guardamar del Segura, que estuvo en activo entre hace 2.750 y 2.500 años, y la hipótesis de una investigación del 2010 que vinculaba la expansión de los eslizones ocelados con el comercio antiguo, se decidió hacer un estudio genético para averiguar el origen de la población y si existía algún posible vínculo con una dispersión propiciada por el ser humano.

Se recogieron muestras genéticas tomando una pequeña porción de la cola, que regeneran en poco tiempo, de cinco individuos vivos, que fueron liberados el momento, y se enviaron al Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (IBE, centro mixto del CSIC y la Universitat Pompeu Fabra-UPF), donde con el equipo de los Dres. Salvador Carranza y Karin Tamar se llevaron a cabo los análisis moleculares. Se extrajo el ADN genómico y se secuenció el gen mitocondrial cytb. Una vez realizado este proceso, se incluyeron las secuencias resultantes para cada uno de los individuos en un estudio filogenético junto con otras 146 muestras de Chalcides ocellatus de toda la cuenca mediterránea.

Así se ha demostrado una relación muy cercana de los eslizones ocelados de la Serra del Molar con otros de Grecia, Chipre, Turquía, Yemen y Somalia, pero especialmente con la zona oriental del Delta del Nilo en Egipto. Josep F. Bisbal-Chinesta ha comentado: "Los autores del artículo planteamos que posiblemente llegaron a la Serra del Molar como polizones en algún barco proveniente de los puertos situados en el litoral de Egipto, de una manera análoga a la planteada para la introducción de varias especies de reptiles en otros lugares del Mediterráneo".

La región que rodea la Serra del Molar, y en general todo el extremo sur valenciano, ha tenido una larga historia de contactos con el Mediterráneo Oriental, pero destacan dos: la segunda mitad de la Primera Edad del Hierro y los últimos años del Valiato Islámico de Al Ándalus. Con la llegada de los fenicios y la fundación de la colonia de La Fonteta, toda la zona se inundó de productos comerciales de origen egipcio y oriental. Muchos siglos más tarde, en el año 743, por aquel territorio se asentaron tropas islámicas de origen egipcio por órdenes de Abu-l-Khatt al Hussam, gobernador musulmán de Al Ándalus. Fruto de la presencia árabe surgió en el siglo X el monocultivo de palmeras en la región, el cual aún continúa y tiene como ejemplo paradigmático el Palmeral de Elche. La plantación de plantones de palmeras de origen egipcio también podría ser un foco para la llegada de los eslizones ocelados.

En este sentido, el estudio muestra el enorme impacto que tiene la actividad humana en la distribución de las especies terrestres y la gran movilidad de individuos que genera. Luís Albero, coautor del estudio, investigador doctorando en Herpetología en la Universidad de León y también presidente de la Asociación Herpetológica Timon asegura: "Este descubrimiento nos recuerda que todavía queda mucho por hacer en el campo de la Herpetología en la Península Ibérica. Además, este hallazgo nos refuerza en la idea de que los animales y los humanos han estado en continua interacción a lo largo de la historia y eso es importante para entender nuestra relación con el planeta de cara al futuro".

La evolución del paisaje de la Serra del Molar podría explicar la supervivencia de esta especie de reptil en un ambiente relativamente aislado. Esta pequeña sierra litoral era hasta hace 300 años una isla entre el mar y una zona de albuferas salobres formada por los ríos Vinalopó y Segura. De hecho, actualmente aún se encuentra rodeada por marjales y salinas, lo que posiblemente también esté impidiendo la expansión de Chalcides ocellatus hacia el continente.


Referencia bibliográfica




FUENTE: Nota de Prensa - Blog de Notícies de l'IPHES


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